Los pedos

ENTRADA ZAFIA

Damos, caballeras, puede que no todos hayáis tenido lombrices en vuestra infancia, puede que no todos vosotros hayáis tenido que usar supositorios puede que seáis un ser extraño y nunca hayáis tenido los intestinos suelto, pero, y esto no podéis negarlo, todos nos y os habéis tirado pedos. Gases flatulentos, ventosidades, mofeta, cuesco algo tan natural, algo que exige que se note su existencia y nosotros, seres humanos llevados por los cánones sociales intentamos retenerlos. Hay que ver. ¿Cuantas veces con unos amigos (y amigas, que las tías también somos seres humanos) alguien se ha tirado un rutio (eructo para entendernos) y no ha pasado na? Bueno, puede gritar "¡gocho!" pero ahí se queda. Igual con los pedos, aunque puede que se lleve algún castigo por traer olor de regalo, pero ahí se queda. Sin embargo, si alguien ajeno lo hace, directamente le tachamos de guarro.
Piltrafillos, no podemos evitar comer o beber al igual que no podemos (ni debemos a no ser que queramos reventar) aguantar en nuestro cuerpo esos gases que pujan por salir. No los lanzeis cual niño que expulsa sus mocos por diversion pero, por favor, no acabeis con su existencia.